Mostrando entradas con la etiqueta VIAJES POR EUROPA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta VIAJES POR EUROPA. Mostrar todas las entradas

2017/01/25

UN DÍA EN BIARRITZ

Hace unas pocas semanas, en uno de los últimos fines de semana otoñales y calurosos previos a los fríos del invierno, decidimos pasar un día en Biarritz. Hacía mucho tiempo que no pasábamos de San Juan de Luz y teníamos muchas ganas de visitar esta ciudad de la Aquitania francesa, llena de interesantes rincones, paisajes y edificios. 

Lo que os recomendamos es que al llegar a Biarritz elijáis entre visitar primero la ciudad o pasar antes por la Ciudad del Océano, un museo inaugurado en 2011 a las afueras que merece la pena conocer. Aquí podéis disfrutar de las vistas hacia el mar, del edificio proyectado por el arquitecto Steven Holl, de sus salas interiores y de sus espacios exteriores, que parecen olas petrificadas; incluso comer en la cafetería o el restaurante o bien un bocata que llevéis preparado en los bancos y mesas de su explanada. En el caso de que vayáis a Biarritz, es buena idea aparcar en la zona de la Playa del Puerto Viejo (Plage du Port Vieux), porque es un buen punto de arranque para la visita. Desde allí nosotros comenzamos la excursión acercándonos a la Roca de la Virgen (Rocher de la Vierge), un peñasco en medio del mar para ver el mar Cantábrico y una vista de Biarritz privilegiada. Se accede a través de una pasarela metálica atribuida al atelier Eiffel y si el día y las olas acompañan, el paseo inicial es muy dulce.

En el mismo arranque del camino encontraréis el Museo del Mar Aquarium de Biarritz, un edificio Déco con 50 acuarios marinos y miles de especies. Ya que teníamos poco tiempo, no entramos, y decidimos adentrarnos en la parte histórica para descubrir sus rincones. Comenzamos a andar por la Rue du Port Vieux, descubriendo tiendas y calles muy cuidadas, restaurantes donde comer bien (cuidado con los horarios que son diferentes a los españoles) y edificios de varios estilos. Entramos en la Iglesia de Santa Eugenia, la principal de la ciudad, construida en el siglo XIX; paseamos por la zona alta del Mercado municipal Les Halles (muy recomendable siempre visitar mercados allá adonde vayáis por su colorido, actividad y género); y llegamos hasta la Grande Plage, donde se disfruta de su arena gorda y de los edificios más monumentales de Biarritz, como son el Casino (aquí también se puede tomar algo en su terraza mirando al mar y al paseo), el Hotel du Palais (que ocupa un palacio de 1855 que fue casa de verano de Napoleón III), o la Iglesia Ortodoxa edificada en el siglo XIX, para la colonia de aristócratas rusos que invitaba la emperatriz Eugenia de Montijo a veranear todos los años (su interior ha vivido, ciertamente, tiempos mejores). 

En todo momento veréis el faro de Biarritz, siempre presente en su costa, a la derecha de la Playa Grande. Mientras que en la otra esquina, casi a los pies de la Iglesia de Santa Eugenia, y casi invisible, se encuentra el Puerto de Pescadores, lugar acogedor y tradicional donde también comer un buen pescado al lado del mar, pequeñas embarcaciones y casas típicas marineras.

Una vez comidos, el paseo para hacer la digestión puede continuar por la zona histórica, entrando en tiendas tan auténticas como la Bookstore de la Avenida Eduardo VII, la Pastelería Miremont de la Plaza Georges Clemenceau o la quesería de la Avenida Victor Hugo (por esta calle se llega al Mercado Municipal).

Y para finalizar, como volvéis al lugar de partida donde habéis dejado el coche al lado de la Playa del Port Vieux, nada más recomendable que llegar a la hora en la que disfrutar de una de las puestas de sol más bonitas de esta costa francesa, mirando al este y a la Virgen de la Roca.

Aquí os dejamos el link a la página de Biarritz en la que encontraréis más información de los lugares recomendaos: Biarritz.

Buen viaje.

2015/06/03

UN DÍA MÁGICO EN DISNEY (II)

...Y ahora la tarde en Disney. A las cinco y cuarto preparados para ver el desfile de todos los personajes, sin que falte ninguno. Mickey, Minnie, Pluto, Goofy, Rapunzel y Eugene, Ana y Elsa, Bella y Bestia, Timón y Pumba, Campanilla, Peter Pan y Garfio... 

Después del desfile nos adentramos en la cueva donde vive el Dragón del Castillo. La oscuridad y el silencio para que no se despierte, crean un ambiente que hace que empiecen a apretarte la mano. Las caras de miedo cuando se mueve abriendo los ojos y echando algo de humo, son únicas. Corre corre sal de la cueva por si acaso!

Luego fuimos a Adventureland, una parte que no conocíamos demasiado, pero en la que pasamos un buen rato. Allí está la atracción de los Piratas del Caribe, muy recomendable, pero también las Cuevas del tesoro, la Casa árbol de los Robinsons y el Galeón pirata. Además de que está todo muy cuidado y al detalle, es una zona en la que no hay que hacer colas para esperar y en la que los peques corren, descubren y viven su pequeña aventura.

De allí nos fuimos al Pabellón de Princesas, porque teníamos cita a media tarde. Esto hay que avisarlo: si queréis ser recibidos por alguna de las princesas, hay que pasar nada más entrar al Parque por el Molino que está al lado del Pabellón para que os den cita, porque si no, no hay recepción. De allí volvimos a Discoveryland donde acabamos el día: la atracción de Autopia y la de Orbitron muy chulas, pero sin duda la mejor la de Buzz Lightyear Laser Blast, recomendada hasta el punto de que repetimos. Pero mejor no os contamos más, para que os sorprenda.

Agotados pero con las últimas fuerzas intactas, acabamos en la Plaza Central viendo el maravilloso espectáculo que al final de cada día tiene lugar en el Castillo. Una explosión de color, efectos visuales y repaso de canciones y personajes que acaba por colmar las ilusiones de los peques y no tan peques. Un final de una visita que, cómo no, esperamos volver a repetir.

2015/06/01

UN DÍA MÁGICO EN DISNEYLAND PARIS! (I)

Primavera en Disney! Hace ya dos años que estuvimos en el parque, y aunque en nosotros todo seguía vivo, para los peques ha sido como no haber estado antes. Sus caritas de ilusión, sus ojos brillantes y las sonrisas aparecieron nada más ver entrar en el Parque, ver la Main Street, escuchar esa banda sonora que se oye por todos los sitios o encarar el Castillo de la Bella Durmiente; ilusión que continuó hasta que nos fuimos casi a la medianoche. Y la verdad es que no es para menos, todo estaba precioso porque nos tocó disfrutar Disney en la Primavera.

Los pingüinos de Mary poppins, junto a una banda de música como la de la película, nos dieron la bienvenida al mediodía. Todo comenzó con alegría y casi bailando cruzamos la calle principal llena de flores y de motivos primaverales.

Como ya habíamos estado, trazamos un plan nada más llegar. Conseguir fast pass para Star wars y cita para el Pabellón de las Princesas, en el Molino que hay en Fantasyland. Una vez conseguidos nuestros objetivos, nos montamos en la barquita que te introduce en el maravilloso mundo de Smallworld, sencillamente delicioso. 

Seguimos con la visita al Castillo, siguiendo la historia de su princesa, e intentamos sacar la espada de Excalibur. Con mucha hambre y con nuestra mochila llena de bocatas para todos (un pequeño consejo que os damos es llevar algo de comida), nos sentamos en una placita encantadora que hay justo a la derecha del castillo. Un discreto espacio con mesas y precisamente al lado de la Carroza de Cenicienta. 

Ya con las pilas cargadas fuimos a la zona de Alicia en el país de las maravillas. Recorrimos el laberinto, entre risas, carreras y sustos de los personajes del cuento, sin faltar el que "le corten la cabeza". También nos montamos en las tazas locas, girando y girando. Y sin pausa, nos dirigimos a las cinco a coger sitio para ver el Desfile o Parade que sale desde SmallWorld recorriendo Fantasyland hasta la Plaza Principal. Pero esto ya es a la tarde en Disney y se merece otro post...

2015/05/30

PARÍS DESDE EL SENA

Ya estamos de vuelta! Hemos pasado unos días increíbles en París, con los peques y los sobris, en los que hemos hecho de todo. Desde visitar la ciudad hasta, como no, ir a Disneyland, y todo gracias a Esti, que nos ha acogido muy amablemente en su casa. Comenzaremos por el final, por lo que hicimos el último día antes de volver a España en tren. La mañana del día de vuelta aprovechamos para hacer una excursión por el Sena para ver París desde un Bateau Mouche. Es un viaje de unos setenta minutos más o menos, que sale de al lado del Puente del Alma en dirección este. A lo largo del recorrido se van viendo los monumentos que están a ambas orillas del Sena y pasando por debajo de los numerosos puentes que las unen. Puente de los Inválidos, de Alejandro III, de la Concordia, Real, del Carrusel, de las Artes, Puente Nuevo... Desde el barco se encuentra una posición privilegiada para disfrutar de Notre Dame de París, del Ayuntamiento, del barrio de Marais, del Louvre y el Museo d'Orsay, y cómo no, de la Torre Eiffel. Como hemos tenido un tiempo aceptable nosotros nos hemos puesto en la proa del barco, porque en la cubierta había mucha gente y un gran grupo de turistas orientales que nos puso un poco nerviosos con sus cámaras. Así que la mayor parte del trayecto la hicimos solos y disfrutando de un paseo por el París del Sena.

2014/09/21

SÁBADO EN SAN JUAN DE LUZ

El sábado estuvimos en Pamplona y como salió un día de verano nos acercamos, como cada verano, a San Juan de Luz, somos de costumbres... 

Qué mejor final de verano que una tarde tranquila en la playa. La arena de San Juan de Luz es blanca y fina, y el agua tranquila y limpia, no se puede pedir más. Siempre es un buen descanso visitar esta zona. Y con el día que nos ha hecho, no hemos salido del agua.

Después de una estupenda mañana de baños y juegos, paseo por la Gambeta y sus bonitas y pintorescas calles, para comernos un beignet de nutella y entrar en sus maravillosas tiendas, todas con escaparates perfectos. Nuestras preferidas son Zig zag y Papa piquet et maman coud, llenas de caprichosos complementos para los niños. Una visita que, por lo menos una vez, conviene hacer.