Hay que darse homenajes: por lo conseguido, por el presente, por el futuro, porque hace sol, porque nos lo merecemos y porque lo valemos! Tengo varios tipos de homenaje y uno de ellos es en forma de dulce, mmm... Hace ya algunos meses que me encontré frente a la puerta de un local, Çukor, donde estaban elaborando caramelos en vivo y en directo. Lástima que no llevara la cámara, a cualquiera le hubieran entrado por los ojos! Me quedé un rato absorta y regresando a la niñez, así que decidí acercarme otro día y cuando lo hice, oh, oh, probé sus nubes, cortadas en cubos y con letras impresas... Tras la explicación de cómo las hacían y con qué ingredientes me compré una bolsa, riquísimas: chocolate, vainilla con canela, mojito con panela y vodka con limón y jengibre... sabores reconocibles y sutiles a la vez (creo que pasaré a verles en breve) porque además, su decoración no deja indiferente: la bici, los colgantes del árbol... Todo artesanal, natural y saludable, habrá que apuntarse a alguno de sus talleres.
Otro homenaje que me di hace unas semanas y que también tenía fichado hacía tiempo fue probar un kakigori. ¿Que qué es? un helado de nieve japonés. Suena chulo, sí, lo es, es hielo triturado con una máquina especial con sirope por encima que también se toma en países de América como Colombia (donde lo llaman raspao, nombre también muy acertado). En Kakigori los siropes no tienen conservantes ni colorantes. Probé el de limón y jengibre que además de ecológico estaba buenísimo, y me fui de allí con una sonrisa que solo se me quitó cuando se me acabó... Volveré seguro!
¿Cómo son vuestros auto-homenajes? ;)
Posted by Ana