Este fin de semana hemos probado la quinoa. Cada vez nos habla más gente de este alimento y de lo bueno y sano que es, así que lo hemos cocinado, probado y aprobado. Tanto que nos vamos a abonar a un plato de quinoa como mínimo a la semana.
La quinoa es un pseudocereal, pequeñas bolitas de menos de un milímetro, que se cultiva fundamentalmente en los Andes y que en los últimos tiempos se ha introducido en nuestra dieta de una manera muy exitosa. Y las razones son muchísimas. La quinoa tiene todos los aminoácidos que necesitamos por lo que se convierte en un gran alimento; tienes mucho magnesio, lo que relaja los vasos sanguíneos, además de servir para la ansiedad, diabetes y osteoporosis. Tiene muchas proteínas y carbohidratos, hierro, calcio, fósforo y vitaminas, además de pocas grasas. Y como no tiene glúten, es también un buen alimento para los celíacos.
Para cocinarla lo primero que hay que hacer es lavarla muy bien, así que le quita el sabor amargo que le caracteriza. Después se puede tostar y hacer harina, pero lo más fácil para hacer en casa es cocerlos con agua y después utilizarla como acompañamiento o ingrediente de ensaladas frías (si os acordáis del taboulé podéis sustituir el cuscus por la quinoa).
Nosotros hemos preparado 100 gramos de quinoa para este fin de semana y nos ha dado para cuatro raciones. La hemos hervido con un caldo de verduras muy rico durante 20 minutos (cantidad de dos a tres veces la de quinoa), y una vez fría la hemos preparado de dos maneras: una con tacos de salmón marinado con soja, alcaparras y aguacate; y otra con tomate troceado, pimiento verde, pepino, alcaparras picadas y comino, además de aceite y vinagre.
Lo dicho, nos encanta la quinoa y además, la digestión ha sido perfecta. Adjudicada.
...mucho tiempo nombrando quinoa...¡voy a tener que probarla...!!!!...gracias pos las noticias..isabel
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