El fin de semana pasado, además de ese pequeño gran cambio del dormitorio, nos dio también por alegrar un poco la entrada a casa. Teníamos un felpudo negro sencillo, del ancho exacto de la puerta, rectangular... Y se nos ocurrió meterle un tijeretazo. Con una tiza blanca, unas tijeras y un poco de fuerza y paciencia ahora pisamos una nube cada vez que entramos o salimos. Todos contentos porque al mirar hacia abajo justo en la entrada nos espera la nube, y limpiarnos los zapatos siempre es más divertido hacerlo sobre ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario