La segunda parte de nuestra escapada a Lausanne la destinamos a visitar su centro histórico. Desde Ouchy es tan fácil llegar como coger la linea del metro 2 hasta la parada de Bèssieres y desde allí comenzar a bajar por toda la ciudad. El primer hito que hay que visitar es la Catedral protestante de Nôtre Dame de Lausanne, una sobria y magnífica obra del gótico suizo. Desde allí podéis bajar por calles empinadas y bajo los pasadizos cubiertos que en invierno evitan más de un resbalón. Y llegaréis al Ayuntamiento, donde a nosotros nos recibió una macro bandera suiza que cubría la mitad de la plaza. Es recomendable dejarse llevar por las calles y la gente y pasar una buena mañana por allí.
Si continuáis descendiendo llegaréis a la plaza de Saint-François y a la zona de Le Flon, un conjunto de edificios nuevos y rehabilitados que antaño fue una estación de carga bulliciosa y llena de almacenes y trenes. En los noventa quedó abandonada y la zona se degradó hasta que decidieron renovarla con restaurantes, zonas de ocio, bares, tiendas,... Al lado, en la Plaza de Europa, un sinfín de tráficos se mezclan a distintos niveles con edificios históricos y unas grandes arcadas que en verano se llenan de gente tomando copas durante la noche.
Se puede comer en Le Flon, pero nosotros preferimos la recomendación de un amigo que nos envió al Casino de Montbenon, un edificio que está cerca de Le Flon y desde el que se disfruta de unas vistas sobre el lago maravillosas. Allí se puede comer un menú o a la carta a un precio bastante asequible (los platos son buenas raciones) y entre salones y terrazas típicas de principios de siglo XX. Acertada elección para los que paséis por Lausanne.
gracias por viajar desde nuestra casa a ciudades y países tan bellos
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