Hace tiempo que teníamos ganas de ir a Cabarceno y este fin de semana se han dado todas las condiciones para hacerlo.
Salimos hacia las once y en una hora ya estábamos en la puerta. Investigamos un poco y encontramos un buen precio a través de la tarjeta travel club.
En la entrada te entregan un mapa del parque donde puedes ver todo el recorrido y los diferentes animales que se encuentran en cada zona. Es entonces cuando entiendes que la manera de visitar el parque sea en coche. Existen aparcamientos a lo largo del camino, están situados junto a cada zona de animales. En la mayoría de las áreas hay cafeterías y restaurantes, zona de servicios y mesas por si en vez de comer allí, llevas comida desde casa, todo muy agradable y limpio. También hay restaurantes justo fuera del parque en los que se come bien y a buen precio.
Comenzamos a subir con los ojos bien abiertos, el paisaje es espectacular y te imaginas que en cualquier momento pueda salir un animal de detrás de alguna de las espectaculares rocas. Fuimos a la zona de los gorilas. Puedes verlos fuera o dentro de una habitación en la que puedes observarlos mientras interaccionan unos con otros. Allí mismo vimos también a las llamas y un poquito más adelante a los tigres, espectaculares, qué poderío. Como llevamos un catalejo pudimos ver también a un tigre blanco que acampaba a sus anchas por su territorio.
A las 13:30 fuimos a ver el espectáculo de los leones marinos. ¡A los peques les encantó! Os recomendamos que os coloquéis en frente de la plataforma del centro, es desde donde mejor se ve.
Continuamos nuestra ruta con el coche y no paramos de sorprendernos. El paisaje, las condiciones no te dejan indiferente. Ver una jirafa corriendo por el campo, un par de enormes rinocerontes pelando y una familia de monos con su bebe.
Hay una zona en la que no está permitido bajarse del coche porque los animales están sueltos, ciervos y monos comparten el mismo espacio.
A las 16:00 horas fuimos al segundo espectáculo que ofrece el parque, el de aves rapaces. Buitres leonados, águilas reales, ratoneros, halcones... pasando en vuelo rasante por encima de nuestras cabezas, cazando al vuelo, quedándose entre el público vigilantes... y bajando desde lo alto del Parque en picado para acabar cogiendo los trozos de carne que sus cuidadores les movían en círculos. Increíble.
A las seis, después de acabar de ver los últimos animales, el jaguar, los dromedarios, hipopótamos y canguros... y disfrutar en la granja viendo a los puercoespines, cabras, ovejas, cerdos y ponys entre otros, salimos del Parque con la sensación de haber pasado un maravilloso día con los peques. Hemos tenido mucha suerte no sólo porque el día ha sido soleado, sino porque en nuestra visita no hemos coincidido con gente. Recomendamos ir en primavera y no en época de calor, porque además de que el Parque está lleno, los animales suelen protegerse del calor y son más difíciles de ver. Así que, en las próximas semanas, la temporada es muy buena para acercarse a pasar un gran día en Cabárceno.
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