2014/05/18

VIAJE A CÓRDOBA EN MAYO: PATIOS, CRUCES Y FLORES










Definitivamente mayo es el mes para visitar Córdoba. Lo hemos comprobado de nuevo y lo volvemos a decir. Por muchas razones... El clima es ideal, con muy poco de suerte, porque los días son soleados y calurosos y durante las noches todavía se puede dormir bien. Los naranjos ya tienen naranjas en sus copas y todas las flores y pájaros llenan de colorido y dulces sonidos la ciudad. Pero lo más importante es que la gente prepara lo que es una de las joyas del año: los patios cordobeses. Muchas casas con patio se engalanan con miles de flores y se abren al visitante, dejándole disfrutar de una espectacular sinfonía de luz y colores que consigue alegrar al más triste. Increíble.

Pero mayo es especial en Córdoba porque pasan muchas cosas. La primera semana del mes, que es cuando hemos estado, se organiza el concurso de Cruces de Mayo, en el que varias instituciones, hermandades o vecindades participan con cruces de flores compitiendo por la más bonita. La suerte nos ha acompañado porque ha resultado que la ganadora, la de San Francisco, estaba al lado del hotel, y no hemos tenido más remedio que apuntarnos a la celebración.

También hemos podido disfrutar del Festival Flamenco de Córdoba, viendo a las bailaoras en la Plaza de las Tendillas dejarse el alma en el tablao, o de un paseo por las calles floridas del Casco Antiguo, o de las ricas berenjenas fritas con miel de caña y el pescaíto frito. Como os comentábamos antes, la semana siguiente a la que hemos estado comienzan los patios, y para poder disfrutarlos sin todos los turistas que visitan la ciudad por la ocasión, nos acercamos al Palacio de Viana. Porque allí se pueden recorrer sus doce fabulosos patios repletos de flores sin mucha gente: bueno, mañana os enseñamos esta maravilla. 

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