2013/03/31

VIAJE AL VALLE DE BENASQUE. EL VIEJO ANCILES.

Uno de los pueblos más espectaculares del valle de Benasque es el viejo y pequeño Anciles. Pasamos con Juan una tarde allí y realmente nos quedamos maravillados de lo que vimos. Unas cuantas familias todavía viven en el pueblo resistiendo al paso del tiempo, entre ellas unos simpáticos amigos de Juan que han rehabilitado una Casa Señorial del siglo XVI con habitaciones para huéspedes. Los ancianos muros de piedra y sus calles de empedrados típicos son como mapas de tiempo lejano que cuentan la vida de lo que allí ha pasado. Todavía quedan Casas Solariegas de extraordinario valor y belleza que datan de los siglos XVI y XVII, como la Casa Suprián, la Casa Barrau, o la Iglesia del pueblo. Nos contaba Juan que en sus orígenes estos pueblos estaban formados sólo por torres, casas construidas en altura para poder defenderse mejor de los pillajes y las bestias, además de para poder protegerse mejor contra el frío en las habitaciones superiores. Pero poco a poco fueron ampliándose con construcciones adosadas que todavía pueden reconocerse si se buscan bien las juntas entre los diferentes muros de piedra de cada añadido. 

La tranquilidad que se respira en Anciles sale de sus estrechas calles y cálidas casonas. Los gruesos muros de piedra y las pequeñas ventanas que los separan aseguran espacios acogedores al pie de las montañas, y en muchas esquinas os encontraréis rincones de belleza espontánea construidos exclusivamente con el oficio del cantero y la necesidad. La Casa Suprián es sin duda el edificio más espectacular de Anciles por su espacio interior, sus grandes portones y sus curiosas lunas en fachada que sirven para evitar que se caigan los muros por el peso de la cubierta. 

Pasear por Anciles es pasear por un trocito del pasado del Valle de Benasque. Es una de las visitas más recomendadas para los que paséis por allí junto con la de otros pueblos, como Sahún o el mismo Benasque. Nosotros además nos fuimos aquel día a comer al Chongastán de Chía, restaurante recomendable de la zona en el que degustamos un plato típico de allí, el recau (un cocido con muchos ingredientes) y un civet de javalí muy bien cocinado y sabroso.

En fin, otro gran día de nuestro viaje al rincón del Pirineo repleto de preciosos momentos y suculentos platos!

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