2014/02/04

RANTAPUISTO, AQUEL HOTEL EN HELSINKI.

Hace unos pocos años que visitamos Finlandia, y todavía echamos de menos volver a repetir un viaje por aquellas latitudes. Sin duda ha sido uno de nuestros mejores viajes y uno de los recuerdos más bonitos que nos trajimos fue el descubrimiento de un hotel, el Rantapuisto, que nos enamoró. Hoy queremos compartirlo con vosotros por si acaso alguno pasa por Helsinki. 

Allí estuvimos unos cuantos días que dedicamos a la visita de la capital. No está en el centro, ni mucho menos, pero se puede coger un cómodo metro que está a diez minutos a pie del hotel. Si lo cogéis llegaréis a la estación central en poco menos de quince minutos. 

De hecho lo mejor del hotel es que no está en la ciudad, porque está en plena naturaleza, a orillas de un lago, rodeado de un precioso bosque y en la más absoluta tranquilidad. Eso fue por lo visto lo que nos tocó a nosotros, que fuimos en julio y no había nadie. De vez en cuando hay alguna conferencia y suponemos que habrá más gente, pero es tan grande y extensas sus instalaciones que la sensación será de relativa soledad.

El Rantapuisto es uno de esos edificios de arquitectura finlandesa de los años 60, exquisitos, de madera y vidrio, cálido y acogedor, con diseño por todas partes. Precisamente porque es bueno, el paso del tiempo le da un toque de digno aspecto antiguo que hasta se agradece. Pasillos, recepción, comedor, sauna y habitaciones están como el primer día, cuidados y en perfecto estado. 

La estancia fue magnífica. Tranquila, reparadora, suave. Baños en el lago con la penumbra de medianoche, sesiones de sauna, buenos desayunos y momentos de tranquilidad, después del turismo en Helsinki, sentados en los jardines exteriores del hotel.

Un lugar muy recomendable para el viajero. Teniendo en cuenta que además, el precio, es muy asequible: unos cien euros la habitación doble.

2 comentarios:

  1. Sensata, serena, natural, educada, culta, pensada, consciente...
    Rotunda evidencia de civilización.
    La eficacia pasmosa de los caminos trazados sinceramente de principio a fin.
    Materia luterana, sin estridencias, sin ansias de estrellato, sin miedo a envejecer...

    Así debería ser la arquitectura.
    Así es Finlandia.

    Ese encuentro de la viga exterior del patio con el cabecero del ventanal...
    En otras tierras sudarían para hacerlos coincidir en un detalle forzado y mentiroso.

    En Finlandia no.

    Hay que volver.
    Algún día...
    Juntos...

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  2. Sabias palabra Juan. Ahí está, esperándonos...

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