Una de las frutas de esta temporada de otoño es el membrillo. El otro día Lucía nos dio unos cuantas piezas hermosas y cómo no, hemos preparado dulce de membrillo. Qué bueno! Qué fácil es hacerlo! Y qué rico está con nueces y queso!
Con dos o tres membrillos grandes, más o menos un kilo, tendréis dulce para rato. La cosa es fácil. Los ingredientes son membrillos, zumo de limón y azúcar moreno en cantidad igual al peso del membrillo. Y la receta es así: trocead la fruta en cuartos (veréis que no se puede comer de duros que son) y metedla en la olla exprés con un par de dedos de agua para que no se pegue y el zumo de medio limón. Tapadla y calentadlos, dejando en el fuego ocho minutos la olla desde que comienza a echar vapor. Después escurrir el membrillo en un colador y pasadlo con la batidora bien bien, sin dejar ningún grumo. Luego a fuego medio en una cazuela con el azúcar, removiendo sin parar poco a poco para que no se pegue. Cuando la cuchara se pueda quedar vertical dentro de la masa sin caerse, ya estará listo. Pasáis a un recipiente, alisáis la superficie con una espátula y dejáis enfriar. Esperará más en este proceso. Cubrís con un papel film y lo metéis en el frigorífico, para servir cuando esté frío. La textura será suave suave, ya veréis.
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