RACLETTE

El fin de semana pasado cenamos Raclette en casa de Susana y Néstor. Como buen suizo que es, tiene una parrilla eléctrica con la que preparamos este típico plato de su país. En realidad el raclette es un queso suizo del canto de Valais que se hace con leche cruda de vaca y que tienen un gran tamaño. Tradicionalmente se calentaba acercando el queso a una zona de calor y fundiéndolo; la parte fundida se retira y se vierte sobre alimentos variados, como pequeñas patatas cocidas sin pelar, salchichas, bacon,...

Comer así es divertido y bastante informal. Este aparatito eléctrico, que también se llama raclette, es el que calienta los pequeños trozos de queso (nosotros hemos utilizado gruyère porque es más fácil de encontrar por aquí). Los trozos se ponen en una pequeña sartencilla que se mete dentro de uno de los compartimentos individuales mientras estás comiendo el último pedazo que has sacado con una patata o un trozo de salchicha. Lo malo es que puedes cogerte un empacho de tanto queso porque no hay manera de parar; y después de cenar hay que hacer un poco de digestión... pero con un buen gin tonic todo arreglado.