SAN JUAN DE LUZ

Después de los chapuzones en la piscina y como ha seguido el buen tiempo, nos hemos acercado todos a otra de nuestras playas favoritas: San Juan de Luz en Francia. Pasamos la frontera desde España y la costa francesa vasca nos encanta con su lujo y buen clima. Y es que San Juan de Luz nos gusta por muchas razones. Su larga playa y sus limpias aguas son ideales para pasar el día completo. Qué baños y  qué castillos de arena y piscinas en la orilla hacemos!  

Ahora bien, cuando llega la media tarde nos gusta siempre pasear por el pueblo, un típico centro de casas antiguas muy bien cuidado y restaurado, con una arquitectura típica de la costa vascofrancesa en la que destacan varias cosas:

 

Lo primero que llama la atención es la escala y la proporción de sus calles. La calle principal, la Rue Leon Gambetta, es perfecta para pasear y ver tiendas. Es la más animada y la más bonita, por su colorido y riqueza de edificios. Lo segundo es la calidad de las fachadas, todas bien cuidadas, la mayoría blancas y rojas sus ventanas y puertas. El color del pueblo es definitivamente el rojo y el blanco. Y por último sus edificios singulares, entre los que destaca la iglesia de San Juan Baptista del siglo XV y el bello casino La Pérgola de 1927, situado en primera linea de playa y obra del famoso arquitecto francés Robert Mallet-Stevens.

Siempre hacemos el mismo recorrido y visitamos las tiendas que más nos gustan. Aquí os dejamos una pequeña colección de ellas por si os pasáis por San Juan de Luz y os queréis llevar algún regalo. Para ropa, complementos o juegos de niños no dejéis de visitar la colorida tienda de Zig Zag (4 Rue de Juillet), la coqueta Papa Pique et Mama Coud o la Baleine Bleue (estas dos últimas en la calle Gambetta).

Y para comer no os recomendamos ningún restaurante en particular. Suelen ser caros y la relación de su precio con la calidad no es muy buena. Pero un plan deseable puede ser comprarse unas porciones de quiche en la Tarterie Muscade (20 Rue Garat, por detrás de la iglesia) y comerlas mirando el mar. Las hay de muchos ingredientes, saladas y dulces, a cada cual más deliciosa. También es apetecible comprar algún producto típico de la zona en la Maison Thurin o en Maison Adam, donde venden un postre típico francés llamado macaron buenísimo (algo caros).

Ah, y si necesitáis alojamiento, os recomendamos el hotel Zazpi, situado en el centro y recientemente restaurado con una arquitectura contemporánea muy interesante. Que lo disfrutéis...