Desde que llegó a casa la máquina de coser he tenido la ilusión de hacerle un estuche para sus pintus, un estuche para que vaya siempre con nostros. Compré una tela parecida al fieltro en Pamplona, en Petatxo, tienda a la que me encanta ir porque siempre encuentras alguna tela bonita. La tira de puntitos en zig zag y las dos gomas de colores las compré en una pequeña tienda que han abierto en uno de los laterales de la Alhóndiga, Petit, la regentan dos señoras que tienen pinta de haber cosido toda la vida y que te aconsejan sobretodo lo que necesites, te da la sensación de estar en familia nada más entrar, una gozada de tienda. Y por último, un botón de madera en una de las mercerías donde es imposible no encontrar el botón que quieres, es una tienda mítica de Pamplona, la Mercería Ferrán, es de las que podríamos lamar tienda/joya, la trastienda es preciosa, lleva abierta desde el años 1940. No se si será ya la edad pero cada vez aprecio más este tipo de tiendas tan especiales y tan de siempre...
Corté dos rectángulos de aproximadamente 30 X 15 cm y antes de unirlos, cosí en uno de ellos la tira en zig zag y en el otro, dos gomas de las de saltar de los niños, calculando el espacio para un rotu. Una vez cosidos los detalles, uní las dos parte del revés para luego darles la vuelta y así conseguir un mejor acabado. Uno de los extremos queda sin coser para poder darle la vuelta y añadir una pequeña cinta hecha con el mismo fieltro para poder cerrarlo. Luego cosi este extremo metiendo un poquitín el borde, pero sin complicaciones. Para saber donde colocar el botón enrollé primero el estuche.
En todo el proceso siempre ha estado presente mi madre, que es la que me ha enseñado, entre otras cosas, a coser. Gracias mamá por tu cariño y paciencia...
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