Estos días en los que nos ha acompañado el tiempo hemos aprovechado para disfrutar del jardín, sabiendo que dentro de poco el calor y los días de luz nos dejarán. Sacamos un montón de velas para poder crear un ambiente mágico y para que los duendecillos no se asustaran al vernos. Al calor de las pequeñas llamas se le juntaron los cantos de las ranas y de los grillos que oímos desde casa, además de algún que otro pajarillo con pocas ganas de dormir.
Poco a poco se va marchando el verano y nos preparamos para el otoño, una época del año que también nos gusta por sus románticos momentos y porque de nuevo volvemos a casa, que es uno de los lugares donde mejor se está...
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